Vivo en la civilización donde se acuñó el "choneo".
Cuando llegué a este lugar, hace aproximadamente un año, noté que la gente usaba el verbo chonear con la mayor facilidad. Y esta palabra también podía ser utilizada como nombre propio, sustantivo, adverbio y demás variaciones gramaticales.
Al principio no entendía bien lo que quería decir, aunque si lograba distinguir que era un sinónimo, quasi perfecto, de chismear, con la diferencia de que el "chon" es aquel que investiga, se entera, se sabe mover, sabe hilar las circunstancialidades, es oreja pero no es boca.
Poco a poco, uno entra en la dinámica y sabe distinguir, quien es chon, y quien es chismoso, y sin quererlo, empieza uno a chonear, en un ejercicio interesante que permite pensar en segunda derivada y facilita la solución anticipada de problemas.
Yo, ya soy chona, y por eso, quise dedicar este blog para chonear, de todo y de nada.
Así es que tomen su taza de café, prendan su cigarrito, observen el paisaje, que de aquí en adelante, hemos de chonear!
